Blog de Portocarrero Proyectos

Los servicios profesionales son hoy muy demandados por las Administraciones Publicas en tanto que las oposiciones llevan varios años ralentizadas y la Administración pretende aligerarse para permitirnos a los administrados respirar un poco. Justo es que los impuestos que pagamos las empresas para mantener dicha Administración, reviertan en contratos de servicios públicos que podamos nosotros ejecutar.

En los procesos de licitaciones existe una categoría de contratos poco conocida pero sin embargo bastante utilizada, llamada “contratos menores”. Se trata de un contrato con el mismo objeto que el resto de contratos habituales pero con la peculiaridad de que su valor estimado es inferior a 40.000€ en los contratos de obras y a 15.000€ en los contratos de servicios y suministros, no pueden tener un plazo de ejecución superior a un año y no pueden prorrogarse.

¿En qué consiste?

Preparar una licitación no es cualquier cosa, el más mínimo error pude hacer que estemos fuera incluso habiendo presentado una buena oferta. Todos pensamos que los fallos que pueden hacer ser excluidos de un procedimiento de licitación son por el olvido de documentos a insertar en los sobres, pero... ¿sabías que también puedes ser excluido por ofrecer un precio muy bajo con respecto al resto de licitadores?

Es bastante difícil, para una empresa joven, empezar. Hace falta averiguar quiénes serían los clientes potenciales, invertir en marketing, llamar, convencer que nuestro producto / servicio es uno de los mejores, innovador…
La alternativa a esto sería contratar con la Administración Pública. Compra de (casi) todo y los esfuerzos arriba mencionados, en las licitaciones, no son necesarios.

En algunos tipos de licitaciones (a partir de unos importes) el conocimiento y resolución de los recursos planteados por empresas afectadas o interesadas en dichas licitaciones públicas, está encomendado al Tribunal especial de Recursos Contractuales.

Desde la entrada en vigor de la Nueva Ley de Contratos del Sector Público 9/2017, cuando nos presentamos a una licitación y leemos los pliegos, casi siempre encontramos referencias al ROLECE; registro electrónico en el que a veces la empresa se ve obligada a estar inscrito para poder presentarse. Pero entonces, ¿qué es el Rolece y para qué sirve?

En otras ocasiones hemos mencionado brevemente lo complejo que puede ser buscar y encontrar licitaciones para luego participar. Hoy entraremos en detalle en los costes de licitar por cuenta propia.
El principal coste de licitar se trata del coste de personal. En muy pocos casos, además del coste de personal, será necesario presentar además una garantía provisional, un porcentaje de dinero que la administración quiere en una especie de “préstamo” para garantizar que la empresa prestará el servicio.

El 9 de noviembre de 2017 se publicó en el Boletín Oficial del Estado núm. 272 la Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público, por la que se transponen al ordenamiento jurídico español las Directivas del Parlamento Europeo y del Consejo 2014/23/UE y 2014/24/UE, de 26 de febrero de 2014, más comúnmente conocida como (“LCSP”).

Entendiendo que “hacer licitaciones” es prepararlas y presentarse, explicaremos el proceso de preparar la documentación, algunos fallos comunes que se cometen cuando estamos empezando a participar en concursos públicos y otras recomendaciones que, como expertos, creemos útiles para una empresa que quiere empezar a relacionarse con la administración.

La transparencia en las licitaciones públicas no es tema baladí. Si existe algo que eche para atrás a cualquier empresario a la hora de licitar, es la creencia de que los contratos públicos se encuentran dados de ante mano.